A ti, mas ahora, más que nunca
La corona y el cetro sobre la mesa
observan
la capa sobre el lecho no es mayor haz
que tu piel alunarada
¡Cómo no convertirme en cuerpo!
En gota tibia, rodante bajando por tu espalda
En vaho que invade y sana
En halo de gloria detrás de tu cuello
He de levantar pendón
posarme a media rodilla
Mientras tus dedos descubren las areolas
Y los hipocampos dorados danzan en tu cintura
Así empezará Musa mía la ceremonia
Con la mirada perdida en el monte
Con un beso como una espada
En el semicírculo del viento